La pandemia por la que estamos pasando y las restricciones no impidieron que, un año más, en los días previos al Viernes de Dolores, nuestra Hermandad celebrase Solemnes Cultos en honor al Santísimo Cristo del Perdón.
El Triduo dio comienzo el martes 23 de marzo, día en que la Eucaristía estuvo presidida por D. Roberto López Montero, párroco de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen y San Luis Obispo, sede de la Hermandad de Los Gitanos de Madrid, cuya Junta de Gobierno también estuvo representada por dos de sus miembros. D. Roberto, en su homilía, insistió en la idea de que no podemos acercarnos a la salvación de Dios desde una visión mundana de la vida; en otras palabras, debemos entregarnos al sentir de Dios para vencer el pecado y la muerte. “Si no creéis que yo soy, moriréis por vuestros pecados” dice Jesús en el pasaje evangélico de Juan. Y es que toda su vida está en función de la voluntad del Padre, hasta su final cando es levantado en la cruz. Y por medio de esa cruz cobra sentido su misión y toda nuestra existencia como cristianos.
El segundo día del Triduo contamos con la presencia de D. Pedro Luis López García, párroco de la parroquia de San Ildefonso y de los Santos Niños Justo y Pastor, sede canónica de la Hermandad de La Borriquita de Madrid. D. Pedro Luis, en su explicación de las lecturas del día, destacó la importancia de la fe para lograr la verdadera libertad, valentía y firmeza, confiando siempre en Dios. Al ser víspera de la Solemnidad de la Anunciación, el celebrante también tuvo palabras para resaltar el papel de la Virgen en la Historia de la Salvación. María, Madre de Jesús y Madre nuestra, dio un paso en favor de todos nosotros, invitándonos a dejar nacer en nuestro interior a Cristo, quien ha venido para adueñarse de nuestro corazón.
El tercer y último día del Triduo al Santísimo Cristo del Perdón la celebración estuvo presidida por D. Roberto Guerrero Boza, franciscano de la T.O.R., párroco de la parroquia San Francisco de Asís, donde nuestra Hermandad hubiese realizado su Estación de Penitencia de no haber sido por la pandemia. Cada 25 de marzo se celebra la Solemnidad de la Anunciación, y por tanto las lecturas y la homilía de ese día tuvieron como protagonista a la Virgen, que nosotros veneramos bajo la advocación de la Misericordia. Tal y como narra el Evangelio, María recibió la noticia de que Dios, por amor, iba a enviar a nuestra tierra a su Hijo Jesús, concebido en su seno por obra del Espíritu Santo. Tras un primer momento de asombro, escuchó atenta la explicación del ángel Gabriel y aceptó la oferta de Dios: “Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”. Durante nueve meses María llevó en su seno al Niño Jesús, y durante toda su vida lo llevó en su corazón, recordando las palabras del profeta Simeón en el templo, que se cumplirían años más tarde.
Los tres sacerdotes recibieron, a modo de agradecimiento, un cuadro con la imagen del cartel anunciador de la Semana Santa de 2021, dedicado y firmado por nuestro Hermano Mayor.