Ayer, domingo 15 de enero, nuestra Hermadad participó en la tradicional bendición de animales por la festividad de San Antonio Abad. El acto tuvo lugar en la plaza de la parroquia, donde se ha congregado un grupo muy numeroso de personas con sus mascotas. Todos recibieron la bendición del Santo, desde peces, tortugas, hámsters, aves, conejos y los ya más tradicionales perros y gatos. Dicha celebración se ha desarrollado en un ambiente festivo, como la ocasión lo merece. Igualmente nos gustaría hacer eco de las palabras de nuestro párroco y director espiritual, que nos ha recordado que «los animales son un regalo de Dios, que nos enseña a ser humildes y mansos». Pero, ¿Quién fue San Antón?
San Antonio Abad nació en Egipto en el año 251, en una familia rica y cristiana. Siendo joven perdió a sus padres y al escuchar el pasaje evangélico del joven rico sintió que Jesús le estaba hablando a él. Y así lo hizo, vendió todas sus propiedades, repartió todo su dinero entre los pobres y se retiró al desierto, donde vivió hasta la hora de su muerte como un ermitaño. Su fama de hombre santo pronto empezó a correr de boca en boca y la gente del lugar acudía a él para pedirle consejo. La tradición cuenta que una jabalina se presentó ante el con sus jabatos, que estaban ciegos. Antonio sintió compasión de ellos y los curó. Desde ese momento la jabalina no se apartó de su lado. Por ese milagro y otros más, es considerado el santo patrono y protector de los animales domésticos. Antonio murió en el desierto, tal y como había vivido toda su vida, un 17 de enero del año 356, a la edad de 105 años. También es conocido como San Antonio el Grande o el egipcio.
Jesús García