Además de los cultos y actos dedicados a nuestros Sagrados Titulares, la Hermandad organiza campañas de atención y ayuda a los hermanos más necesitados, dirigidas por el Diputado/a de Caridad, cargo que ostento desde hace algo más de un año en la Junta de Gobierno.
Este año 2020, marcado por la pandemia, no se ha quedado corto en atención caritativa, ni en la Hermandad, ni en la parroquia de San Francisco de Asís donde colaboro desde hace muchos años. Allí, el grupo de voluntarios de Cáritas estamos al tanto, y sufriendo a veces hasta en nosotros mismos los efectos de la pandemia del Covid-19. Por eso, quiero haceros llegar a todos vosotros la actitud que ha tenido la Iglesia y Cáritas en los últimos meses, como siempre, al lado de los más vulnerables.
Al comienzo del estado de alarma, con el cierre de las parroquias y la paralización de toda actividad no esencial, desde el despacho de Cárictas comenzamos a llamar a unas cuantas familias, las que creíamos más necesitadas, para darle alimentos. Nos poníamos en contacto con cuatro familias al día, citándolas en horarios diferentes para evitar aglomeraciones y posibles contagios entre ellos. Con la desescalada, y debido al despido y cierre de empresas tan masivo a consecuencia de la crisis económica derivaba de la crisis sanitaria, la gente acudía a nosotros en masa en demanda de ayuda.
Actualmente, con el despacho y la acogida a pleno rendimiento, la gente sigue acudiendo a solicitar ayuda: ropa, alimentos, material escolar, ayudas económicas… Tenemos una situación caótica y de mucho trabajo, pero Cáritas (y sus voluntarios) siempre sabe adaptarse a cada situación y cada familia.
Nosotros, como miembros de la Hermandad del Cristo del Perdón, también nos hemos interesado desde marzo por nuestros hermanos, llamándoles y mostrando interés por saber cómo era su estado, tanto de salud como de necesidades. La cercanía era fundamental. Afortunadamente no hubo nada llamativo.
En definitiva, aquí estamos, ayudando a los demás y nada más; a todo el que lo necesita se le atiende y se le sirve como lo haría JESÚS.
Milagros Pastrana Riol.